Para levantar el esquema natal, o la carta astral de un ser humano, es necesario que tengas tus datos de nacimiento. Los datos de nacimiento deben incluir la fecha (día y año), el lugar y la hora de tu nacimiento. La fecha determina las posiciones celestes, los estados celestes de los planetas en su recorrido alrededor de la eclíptica (trayectoria aparente del Sol alrededor de la Tierra), es decir los signos zodiacales en los cuales se encuentran, y por lo tanto las dignidades específicas.
Desde la antigüedad se considera que los planetas tienen posiciones favorables y desfavorables en el zodiaco. Nosotros Astrólogos llamamos eso las dignidades planetarias. Dentro de las dignidades astrológicas, tenemos inicialmente la regencia, también llamado el domicilio, de un planeta; básicamente y de manera superficial es una posición positiva, favorable (Venus en Libra por ejemplo). Luego tenemos la exaltación, que corresponde a la mejor posición en la cual se puede encontrar un planeta en la franja zodiacal, posición en cual ese planeta brilla, se exalta, libera una gran cantidad de su energía favoreciendo de manera muy potente el nativo que tiene esa posición en su carta natal (ej. Luna en Tauro). Por oposición a la regencia y a la exaltación, tenemos el detrimento y la caída. Son posiciones desfavorables, consideradas como nefastas en la carta natal, la caída siendo la posición que más dificulta la exteriorización positiva de la energía y simbolismo que representa un planeta en la misma (antagónico a los ejemplos anteriores, tendremos el detrimento de Venus en Aries, y la caída de la Luna en Escorpio, es decir en sus signos opuestos).
Desde luego, existen otras dignidades astrológicas, aunque hoy en día poco usadas, que siguen teniendo una influencia, aunque menor. Dentro de estas dignidades menores, desde la más potente hacia la más sutil tenemos la triplicidad, el termino y por último el decanato.
Para los astrólogos que siguen la tradición astrológica antigua, las dignidades son clave y de importancia primordial a la hora de interpretar una carta natal. El estado celeste (dignidad) en cual se encuentra un planeta condicionará y predecirá la cualidad de los hechos y situaciones que tendrá que vivir a través de las casas astrológicas (ver posteriormente). Las tablas completas de las dignidades astrológicas son divididas entre diurnas y nocturnas; es decir, el estado celeste del planeta varía según si la persona nació de día o de noche. Para los astrólogos más inclinados hacia la psicología o lo humanístico, el condicionamiento y fatalismo astrológico se pierde, ya que la regla de oro que se sigue, y de la cual yo mismo soy partidario es la siguiente: “los astros inclinan, pero no determinan”. Así mismo, para un astrologo humanista, no existe algo que no sea “incambiable”, sino que ciertos estados celestes van a requerir más labor personal que otros, siendo estos (detrimento y caída) grandes potencialidades que el nativo puede desarrollar sin que su destino sea “condicionado” por un fatalismo inexistente consecuencia de la ignorancia. Así que el estado celeste, o dignidad astrológica, depende de la fecha de nacimiento, ya que se considera en la mayoría de los casos el centro del planeta como punto de observación de la dinámica celeste (geocéntrico).
El lugar y la hora de nacimiento van a permitir plasmar en la carta natal el orden de las casas astrológicas, y por lo tanto la posición de los signos zodiacales y planetas dentro de estas casas. Estas últimas son claves para interpretar ya que simbolizan los campos de experiencia que vamos a experimentar en el transcurso de esta vida humana. Así, cada casa representa varias situaciones y experiencias que vas a vivir; por ejemplo, la casa VII representa la casa del matrimonio, de la pareja, del compromiso, de las sociedades.
Las casas tienen que ver con el movimiento de rotación de la Tierra, razón por cual una persona que nace exactamente al mismo momento que otra, pero en un lugar diferente, va a experimentar una vida completamente distinta. Para ponerte un ejemplo, imagina que tu naciste el 16 de Julio del año 1985 a las 5:15pm, en Bogotá; en ese caso tendrías el Sol en casa VII, Júpiter en casa II, Saturno en casa XI. En el caso que otra persona nació exactamente la misma fecha al mismo momento, pero en vez de nacer en Bogotá, respiró por primera vez en Paris, esa persona no tendrá el Sol en casa VII sino VIII, no observaremos a Júpiter en casa II sino en la III y Saturno estará ubicado en la casa XII y no en la XI; por lo tanto, la influencia de todos estos objetos celestes se exteriorizará en ambientes muy distintos de la vida, por lo cual tendrán personalidades y vidas profundamente distintas.
A esta altura de entender y comprender la dinámica de la carta natal, es relevante aclarar que la interpretación responde a unas cuantas normas y reglas, las cuales pueden variar según el estado de conciencia del astrólogo y del tipo de astrología que maneja. Es algo que ha recibido críticas desde el punto de vista de sus oponentes: la astrología no tiene un código “oficial” e “incambiable”, sino varios, que van modificándose y cambiando a medida que vamos investigando, afinando y precisando estas reglas y normas. El problema reside en que no todos los astrólogos estamos en acuerdo sobre estas reglas, lo cual en si no difiere de las demás profesiones.
Existen varias formas de calcular las posiciones de los planetas y las casas. El comúnmente más usado dentro de estos sistemas de casas siendo placidus, existen otros: regiomontanus, topocéntrico, koch y más. De igual forma, el zodiaco puede ser tropical, sideral, draconico etc. En este último caso, el zodiaco tropical es el más utilizado. Estas diferencias de cálculos complejizan y por lo tanto enriquecen a la Astrología.
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